No creo en quimeras, mitos, ritos, dioses, ni
santos, pero a pesar de todo continúo esperando un milagro. Cada día, todos los
días. Esa posibilidad a la vuelta de la esquina. Aquello que está por llegar.
Escribir lo que siento. Ardua tarea. Mirar hacia adentro. Descubrirme en cada
latido. Rastrear las entrañas. Revelar lo que puedo llegar a ser solamente
cuando nadie me ve. No hay tributos cuando sólo te rodea la nada, tan vacía y
tan inmensa siempre, tan llena de nada. En ocasiones las palabras se
desparraman, y son tan sólo eso, palabras que se pierden en mi ciega confusión.
Y es entonces cuando este maldito desorden me aborda voraz y perverso,
sometiéndome a su antojo, y dejándome indefensa y solitaria ante la espiral
inacabada del tramposo tiempo que implacable se va. Y por eso, en el final de
esta agonía, aún con el pulso derrumbado, anhelaré la promesa, jamás
pronunciada, de encontrar el lugar donde tu conciencia y mi paciencia al fin se
hagan aliadas.
Mayca Nasan
Mayca Nasan