domingo, 1 de septiembre de 2013

De nihilo nihilum

Hubo un tiempo en que llegué a creer que sentías por mí aquello que dicen que es el motor que mueve este mundo tarado. Momentos fugaces así me lo hicieron ver: gestos, miradas, sonrisas, caricias... pura ficción. Después siempre queda el arrepentimiento, y esa maldita culpa que te despedaza a ti y también a mí.

Hoy me doy cuenta de que no me quieres. Nunca me has querido. Sólo era deseo, quizás. ¿Se irá algún día este dolor? Voy aprendiendo a soterrarlo, hasta que casi parece que ni está, pero no es cierto. Sigue ahí, agazapado, esperando el momento. Su momento. Y son feroces sus zarpazos.
Me acompaña la tristeza serena de los que se dan por vencidos cuando saben que nada queda por hacer y poco se puede perder. Ahora soy irrelevante a tu lado. Lo noto cada día. Alguien que no pinta nada. Derivo. Cuanto más te extraño yo, más lejano estás tú. Tu desidia va haciendo mella en mí y ni siquiera sé porqué aún sigo aquí.
Buscaba autenticidad pero en mitad de este camino hacia ninguna parte me estrellé contra un muro de silencio, palabras nunca dichas y verdades a medias. Y mientras, sólo anhelo amarrarme a tu pecho. Hasta que llegue el golpe definitivo. Pero a ti te da igual. Prefieres permanecer impasible antes que dar un solo paso para cambiar tu vida y la mía.

Y a pesar de todo, incluso de mí, aún te quiero.

Mayca Nasan